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En
la jornada de hoy decidimos visitar los restos de la ermita
de Arraro, en esta ocasión estableciendo como punto
de partida Santa Cilia de Panzano. Como en toda excursión
llevar la indumentaria adecuada, botas, bastones,agua, móvil,
ser conscientes de nuestras condiciones físicas,
etc. |
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Vamos
ascendiendo por la pista que parte de la zona norte del
pueblo, disfrutando de la belleza del paisaje. |
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Esta
zona nos la conocemos debido a que hemos realizado varias
excursiones al Tozal de Guara, al de Cubillas, a los llanos
de Cupierlo, al pozo de nieve de Vallemona, pero a pesar
de haberla recorrido con asiduidad no deja de sorprendernos
la variedad de colorido que nos ofrece a día de hoy,
cambia totalmente la percepción colorista del paisaje,
la ladera adquiere tonalidades azuladas del romero y amarillas
de la aliaga. |
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Continuamos
ascendiendo por la pista hasta que llegamos a un desvío
a mano izquierda, un panel nos indica la ermita de Arraro,
llanéa durante unos metros, un pequeño arroyo
que baja de las Pauletas cruza la pista. Descendemos entre
pinos, alguno de ellos de gran porte, vadeamos el arroyo
de Yara, a pesar de que unos metros más arriba escuchamos
su murmullo, curso abajo el caudal se oculta filtrándose
tierras adentro fruto de la condición kárstica
de la sierra. |
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Por
el norte bellas vistas de la sierra Guara |
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Seguimos
hasta que llegamos a un panel direccional que nos indica
la ermita de Arraro, por lo cual dejamos la pista y seguimos
la senda. |
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Vistas
del tozal de Arraro. |
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Nos
acercamos hasta el edificio de la ermita de planta rectangular,
queda en pie parte del ábside semicircular, es curioso
observar sus sillares los de las primera hiladas de tonalidades
blanquecinas y los superiores rojizas, en su interior se
observa algún sillar de piedra toba. La maltrecha
construcción permanece custodiada por buchos, algunos
de ellos sus troncos tienen ya un cierto diámetro. |
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Citamos
a José Luis Aramendía el románico en
Aragón: “ bella construcción románica
alzada con sillares en la segunda mitad del siglo XII, quedando
solamente cinco hiladas de los sillares que cerraban el
ábside en cuarto de esfera que apoyaba sobre una
sencilla imposta corrida, una ventana con arco de medio
punto dovelado y doble derrame”. También en
este enclave hubo castillo y población, citamos a
Adolfo Castán- Torres y castillos del Alto Aragón:
“En la parte septentrional se levanta un pitón
conglomerático, perimetrálmente se dispuso
muración, de la que son testigos unos pocos restos
constructivos. Enlaza nítidamente con Montearagón,
Santa Eulalia la Mayor, El Pueyo de Barbastro y crestas
de Marmaña, en Bastaras. Sobre la población,
por los restos suponemos que el número de viviendas
oscilaba entre seis y diez. |
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Tras
visitar la ermita de Arraro tomamos rumbo norte y nos acercamos
hasta la Fueba donde podemos ver los restos de varias construcciones. |
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