El horno consta de dos partes: una inferior donde tiene lugar la combustión de la leña, que han de ser ramas de poda o de pequeños arbustos, y una parte superior donde tiene lugar propiamente la cocción.

En la imagen de la izquierda podemos ver las paredes interiores del horno, donde se introducían las tejas para su cocción, colocándolas en posición vertical y por capas. La cocción dura entre 35 y 41 horas. Una vez cocidas hay que esperar a que se enfríe, este proceso tarda entre ocho y nueve días.

Para hacer las tejas en primer lugar es necesario obtener la materia prima, la tierra se pica en invierno y se deja allí para que le entre el hielo, el cual actúa como pequeñas cuñas dejándola esponjosa, no debe llevar piedras de cal ya que pueden explotar durante la cocción y hacer agujeros en las tejas. La tierra hay que prepararla primero deshacer los torrocos con un pequeño mallo de madera, luego se criba para separar las piedras.
La masa se prepara en una pequeña balsa primero se añade el agua a continuación se va echando la tierra, de tal forma que se empape, dejándola reposar durante unas horas. A continuación se amasa y se amontona en pequeños flanes. Para que la masa no se pegue al suelo ni a los moldes se echa ceniza.
La mezcla se coloca sobre el molde, posteriormente con la corbeta se le da la forma curvada. Después se dejan a secar dependiendo de la climatología que hace este proceso tardará más o menos.